martes, 25 de agosto de 2015

De cómo hacer un debate en clase

Foto tomada de la web de la Junta de Andalucía.

Los debates en clase debería ser obligatorios, por lo menos un par de veces a lo largo del curso. Sea la asignatura que sea. Estas prácticas favorecen el desarrollo y madurez lingüístico de los alumnos y su capacidad para expresarse. La empatía, la resolución de problemas, la colaboración y la atención se ven fuertemente reforzados por esta práctica que se puede plantear en una sesión de 45 minutos. Pero ¿cómo debemos hacer un debate para que no se nos vaya de las manos?. Esta es mi pequeña experiencia:

En una clase de 4º de ESO, impartiendo la asignatura de tecnología, la unidad didáctica de historia de los inventos, noté como había cierta discrepancia a la hora de evaluar el comportamiento que había tenido el ser humano a lo largo de su evolución y su responsabilidad con respecto a la tecnología desarrollada. Las consecuencias de sus actos las vemos hoy en día. Ya colgué este vídeo para plasmar esa idea en el blog, y los alumnos parece que les hizo reflexionar.
Decidí seguir explorando esta vía y les propuse un debate. Para ello debieron asegurarme que se iban a cumplir las siguientes normas, las cuales proyecté en la pantalla de clase, y dejé a lo largo de toda la actividad para que la tuvieran presente:
  • No hablamos todos a la vez. Pedimos la vez al moderador y nos tiene que dar la palabra de manera ordenada.
  • Las intervenciones serán razonadas y argumentadas.
  • Siempre respetamos la opinión de todo el mundo aunque no sea la misma que la mía.
Si se incumple reiteradas veces las normas, se termina el debate.
En mi caso, les propuse un debate actual y cercano. Les proyecté imágenes de Sevilla, ciudad que prácticamente todos mis alumnos habían visitado en alguna ocasión. Les explique algunas peculiaridades de su casco histórico y su ensanche. Les puse los dibujos de la evolución que tuvo lo que hoy es el simbolo de la capital hispalense, La Giralda, y como la reforma de Hernán Ruiz que le da su aspecto actual, no fue ni muchos aceptada al principio.
Vimos algunas imagenes de la actual Torre Pelli, en el recinto de la Cartuja (en las afueras de la ciudad). Y finalmente les propuse el debate. ¿Es correcto hacer este tipo de intervenciones en los cascos históricos de la ciudad?

Metropol Parasol en la plaza de la Encarnación de Sevilla

Dividí la clase por la mitad, y les pedí que todavía no dijesen su opinión.
A la primera mitad les asigné la tarea de estar de acuerdo con estas intervenciones y defenderlas, la otra iban a ser los opositores.
Los turnos de palabra se iban sucediendo, intentando yo que hablara siempre uno a favor y uno en contra, alentando a los menos habladores a participar.
Con las intervenciones yo iba preguntando para sacarles más jugo y puntualizando para que los demás pudieran tener una vía de desarrollo en sus argumentos.
Algunos argumentos eran realmente brillantes.
Pasados unos minutos, paré el debate a la mitad y les hice intercambiar los papeles. Quien antes estaba a favor, ahora estaría en contra y viceversa.
Volvimos a desarrollar el debate, y es curioso que se repiten algunos argumentos, incluso de alumnos que anteriormente han dicho todo lo contrario. Pero también salen nuevos discursos cada vez más respaldados con datos.
Finalmente, volví a parar el debate, y pedí que cada uno tomase su verdadera opinión. Cual fue mi sorpresa al ver que casi la mitad de la clase se mostraba a favor y la otra en contra. Todos argumentaban su visión sobre el tema, pero todos entendían al contrario.

Realmente enriquecedora la actividad, especialmente para mí.



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