De cómo sobrevivir a una noche de un mes con Noches de Sangre

¿Habéis oído alguna vez los pueblos estos del norte, próximos a los polos, en Noruega o zonas de éstas de frío, que se pone el sol y no vuelve a salir hasta un mes más tarde? Pues los vampiros también lo han oído. Y si normalmente tienen una noche para salir de su guarida y atacar a sus victimas antes de que salga el sol para volver corriendo a su escondite, aquí se pueden cebar durante 30 días... ¿Serás capaz de sobrevivir?

Antes de empezar la reseña, me gustaría agradecerle a la editorial del juego, GDM Games, que me haya hecho llegar una copia. Además de esto, gracias personales también a Pak, la cara visible de la editorial, que ha sido muy solícito conmigo y con mi blog. Gracias de verdad.

Ya entrando en materia, Noches de Sangre es un juego que inevitablemente nos va a recordar en algo a Dead of Winter, lo cual no es poca cosa. Pero es que además en sus diferencias están sus virtudes.

En la partida, de 1 a 6 jugadores deben sobrevivir a esta noche de 30 días. Para ello debemos equiparnos y salvar supervivientes que nos ayuden unos días, y luchas contra los vampiros en días alternos.

Para empezar, cada uno de los jugadores toma al azar a un superviviente, el cual viene definido con una vida (corazón y gotas de sangre), una fuerza, un valor de huida e incluso, algunos de ellos, una habilidad.

Además de esto tenemos un mazo de cartas de localización de la calle, y otros 4 mazos de localizaciones especiales: el centro comercial, la iglesia, el hospital y la universidad. Todo muy apocalíptico.

Por último contamos con un mazo de vampiros general, y una serie de vampiros asociados a las localizaciones especiales.

Repartimos a cada jugador dos objetivos secretos, de entre los cuales se debe elegir uno y descartar el otro sin que el resto de jugadores los vea.

Ajustamos nuestro marcador de vida, asignamos un jugador inicial, y ponemos el calendario en el día 1. Rezamos lo que sepamos, y en lugar de poner patatas fritas como tentempié en la mesa, ponemos unos cuantos dientes de ajo.

Se saca un mercado inicial del mazo de calle de 5 cartas y se resuelve, si hubiera salido, las cartas de eventos, sustituyéndose por cartas nuevas del mismo mazo.

El juego se desarrolla por turnos, de tal manera que el jugador puede hacer una de estas tres opciones:

• Comprar con gotas de sangre algún objeto o rescatar a algún superviviente (pagando el coste que ello conlleva también en gotas de sangre)
• Explorar una localización concreta
• Descansar para subirse dos gotas de sangre y ganar un +1 a la hora de la huida.

Una vez todos hemos hechos alguna de estas 3 opciones, se descartan las cartas del mercado que queden y se sucede un día de batalla.

Objetos hay de varios tipos. Ya sean armas, comida, objetos que te dan puntos... estos te dan mayor fuerza para luchar, permite alimentar al grupo, te dan modificadores... pero cuidado, cada uno de ellos ocupa un espacio. Nada de ir equipado con 200 cartas (¡chúpate esa Dead of Winter!).

Así, el líder del equipo podrá ir con dos cartas equipadas, una en cada mano, o una carta que ocupe dos manos (especificado en la propia carta). Por otro lado, su grupo de supervivientes solo podrá contar con una carta equipada, y alguno de ellos permite que esta carta sea un objeto de a dos manos.

Algunas de las cartas no ocupan mano, porque todos podemos llevar una chocolatina en el bolsillo.

Explorar una localización requiere que salga la carta de dicha localización en el mercado central. El jugador en turno la toma y descarta esa y todas las cartas que queden en la fila, para sacar el mismo número de cartas de dicha localización. 

Algunos objetivos ocultos puntúan teniendo objetos de algunas localizaciones. Y los supervivientes que allí residen suelen ser más valiosos, pero cuidado, en estas localizaciones viven vampiros dopados, por lo que entrar en ellas conlleva un riesgo. Si lo hacemos, tendremos que mezclar los dos vampiros locales con el resto del mazo, corriendo el riesgo de que nos salgan en sucesivas batallas... y saldrán.

Y es que además de armas, es muy importante encontrar comida, porque cuando pasamos por uno de los días señalados en rojo, debemos alimentar al grupo, a razón de dos gotas de sangre por personaje para que no mueran de inanición. Si entregamos una carta de comida en ese momento, no nos debilitamos perdiendo sangre.

Tras todo el día de aprovisionamiento, una vez todos los jugadores han hecho su turno, adelantamos un día el calendario, y llega el día de batalla.

Robamos la primera carta del mazo de vampiros y cruzamos los dedos.

El vampiro tiene una fuerza impresa, a la que hay que sumar un valor en función de los días que haya pasado alimentándose hasta que nos hemos cruzado con él. El resultado lo multiplicamos por el número de jugadores que seamos y añadimos los modificadores si los hubiese.

Además de esto tiene un valor de huida, una recompensa y una habilidad especial.

Ahora es el momento de decidir si intentamos pelear contra él, o tratamos de huir, todos menos el jugador inicial, que como va de gallito, no puede huir y debe afrontar la lucha.

Una vez tomada la decisión, cada jugador tira el dado y resuelve si ha tenido éxito, si ha fracasado o si ha hecho un crítico para calcular su daño o ver si es capaz de huir.

Si la suma total de todos los jugadores supera el valor de fuerza calculado para el vampiro, hemos ganado (¡Yuju!), si no, nos asestará el daño que indique la carta.

Y así van pasando los días, intentando sobrevivir, hasta que pase el mes y desvelemos el objetivo secreto de cada uno, con el cual se contabilizan los puntos para ver quién ha ganado.

Un juego semicolaborativo, porque si no vamos todos a una, duramos un asalto, pero que al final sólo encumbra a uno.

COMPETENCIAS BÁSICAS

Noches de Sangre desarrolla una competencia muy interesante: la toma de decisiones en el sentido de comunidad. Jugar de manera competitiva de manera exclusiva es prácticamente sinónimo de durar muy poco. Los jugadores tienen que ponerse de acuerdo para luchar contra la amenaza común, pero al mismo tiempo, no debemos perder de vista el objetivo secreto.

El juego consigue de manera magistral, tenernos acongojados desde el primer momento. Los vampiros suelen ser bastante potentes por canijos que sean, por lo que la perdida de sangre es constante. A esto hay que sumar que todo cuesta sangre, por lo que la sensación de agobio es notoria.

En este escenario se nos solicita tener que desarrollar cálculos matemáticos para ver la fuerza con las que nos ataca el vampiro, y ver cuál es la nuestra según las modificaciones a cada uno del dado.

Es similar a las condiciones que se dan en cálculos mentales de mayor complejidad, por lo que el entrenamiento de dicha competencias es muy aprovechable con este juego.

Competencias que desarrolla

Pensamiento abstracto.  Competencia matemática.  Tratamiento de la información.  Competencia lingüística. Competencia social y ciudadana.  Las propias de los juegos de mesa.

LO MEJOR

La inmersión temática y fluidez en un juego tan sencillo mecánicamente (que no sencillo de ganar, ni mucho menos).

La rapidez de montaje y partidas que hace que se puedan encadenar varias incluso, sobre todo cuando caemos a las primera de cambio (Ésta también se la dedicamos al Dead of Winter, que para montarlo hay que venir almorzado).

Los marcadores son cubos de sangre, y si no eres capaz de verlo, es que necesitas mejorar tu imaginación.

LO PEOR

La caja es quizás demasiado grande siendo al fin y al cabo un juego de cartas, si no fuera por las tarjetas de personajes, las cuales se pueden sustituir por cartas que vienen en el juego, por lo que podemos transportarlo de manera más sencilla.

Si buscas un Dead of Winter, con toda su complejidad, no es tu juego. Si buscas una alternativa a éste, has de saber que es más sencillo. Lo cual en muchos casos puede ser una ventaja.

Cualquier parecido entre Incubus, vampiro cuya habilidad es que gana uno de fuerza por cada jugador femenino que haya en la partida, y el otro de la derecha, es mera coincidencia.

No dejéis de apreciar los detalles tan divertidos que tiene el juego.